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martes, 14 de enero de 2014

'Harriet', de Elizabeth Jenkins, o el horror en las pequeñas cosas

Harriet, de Elizabeth Jenkins (traducción de Catalina Martínez Muñoz), es un nuevo título de la colección “Rara Avis” de Alba Editorial. Publicado en 1934, noveliza un suceso real que conmocionó a la sociedad victoriana en 1877, el llamado “Misterio de Penge”.

Nuestra protagonista, Harriet, es una mujer de treinta y dos años, soltera, adinerada, y con un importante retraso mental. A pesar de ello, y gracias a las atenciones de su familia, se desenvuelve bastante bien: se viste con gusto, es aseada, y de vez en cuando, pasa algunas temporadas alojada en casa de sus parientes más pobres. Es en una de estas visitas donde conocerá al guapo —y pobre— Lewis Osman, que acabará pidiéndole matrimonio. A pesar de la activa oposición de la madre, la boda terminará por celebrarse. Y lo que empieza casi como una novela de Jane Austen, pronto se convierte en un relato espeluznante. Harriet quedará a merced de su marido, del hermano de éste, Patrick, de su cuñada Elizabeth y su amante Alice (ambas son hermanas), que urden una trama para apoderarse de su fortuna.

Toda la narración está impregnada de un terror silencioso, que reside en las cosas pequeñas y casi insignificantes, en la apariencia de cotidianidad con la que la autora va desgranando unos sucesos terribles. Esa sensación de “normalidad” que manifiestan todo el tiempo los cuatro conspiradores, a pesar de la crueldad de sus actos, es tal vez lo que produce más angustia. Sin embargo, Jenkins no se limita a pintar un cuadro truculento, sino que nos sitúa en una posición ambigua: nos hace partícipes de la pobreza de Patrick y Elizabeth —y de sus hijos—, de las diferentes expectativas de Alice, joven y encantadora, en contraposición a Harriet, poco inteligente, de humor variable, difícil, algo antipática. ¿Qué pueden hacer para superar su situación? Muy poco. ¿Por qué esa mujer lo tiene todo, y ellos nada? No hay ninguna justificación del crimen, por supuesto, pero sí vemos con claridad la parte más  “humana”  de los malvados: aman, sueñan y se preocupan por los suyos. No entienden que estén haciendo, en realidad, nada malo. No son fríos, ni calculadores, sólo mezquinos, y profundamente miserables.

Harriet es una novela de personajes. Todos, principales y secundarios, están minuciosamente desarrollados, pero me gustaría destacar los femeninos, sobretodo porque Jenkins no oculta su sexualidad: Elizabeth y Alice desean a sus hombres, e incluso Harriet llegará a tener un hijo fruto del desdichado matrimonio. Pero también es una excelente narración de misterio, y la trama está bien construida, tanto en el desarrollo de la conspiración como en su resolución final. Nada tiene que envidiar en ese aspecto a las mejores obras de Wilkie Collins, por ejemplo, o de Agatha Christie.

Esta novela, un gran éxito de ventas en su época, ganó el premio “Femina Vie Heureuse”, imponiéndose a Evelyn Waugh y Un puñado de polvo. La edición de Alba Editorial incluye el epílogo de Rachel Cook en el que explica el caso real, y que aporta importantes matices sobre la narración de Jenkins. Al menos, después de la angustia sufrida, al lector le queda la opción de decidir con qué versión se queda.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Anne Perry, la reina del crimen victoriano

Anne Perry —en Wikipedia podéis leer su interesante, e inquietante, biografía— es una escritora inglesa, autora de novelas de detectives, ambientadas en su mayoría en la Inglaterra victoriana.

Crimen, misterio, intriga, investigación, son los elementos que componen sus dos series victorianas (tiene otra ambientada en la I Guerra Mundial), protagonizadas una por el inspector de policía Thomas Pitt y su esposa Charlotte, y otra por el detective amnésico William Monk y la enfermera Hester Latterly. Pero no sólo la trama policiaca, siempre bien trabada, ocupa estas historias: hay una buena dosis de crítica social, centrada en los problemas de la sociedad victoriana pero perfectamente extrapolable a nuestros días, y una ambientación meticulosa y detallada (que reconozco haber aprovechado mucho para escribir 1840, aunque ninguna de sus aventuras transcurre en esa década).

Las novelas de ambas series son autoconclusivas, pero la trama vital de los personajes va avanzando con cada una de ellas. Pueden leerse de manera independiente y sin orden, (yo lo he hecho de ese modo), porque la autora lo tiene en cuenta y las referencias a hechos pasados son muy abundantes (siempre se explica que Monk ha perdido la memoria, o cómo Pitt conoció a Charlotte), pero creo que es mucho mejor seguir la cronología: muchos giros argumentales se pierden en el desorden, y la evolución de los personajes se desdibuja.

En sus aspectos literarios, el estilo de Anne Perry es ágil y sencillo; no se trata de un lenguaje pobre, sino directo y ágil, creo que muy adecuado para la trama detectivesca. Sus personajes en ocasiones “pecan” de cierto anacronismo, sobre todo en su manera de pensar, pero eso no es necesariamente negativo, porque en mi opinión sirve para sus historias al gran público: sus protagonistas son, en un raro equilibrio, los suficientemente “modernos” para que cualquier lector se sienta identificado, pero lo bastante victorianos como para no desentonar en un siglo XIX pulcramente reconstruido.

Así, Anne Perry, sin probablemente alcanzar el interés de otros autores modernos que ambientan sus novelas en la Inglaterra victoriana (como el exquisito Féliz J. Palma, Sarah Waters o Michel Faber), siempre es una apuesta de lectura entretenida y emocionante. 

Si queréis conocer más sobre esta autora y sobre su obra traducida al castellano, no dejéis de visitar el blog de Fernando Morelli: http://anne-perry.blogspot.com.es/. Sin duda, su título de reina del crimen victoriano es bien nmerecido.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Los dos árboles


Los dos árboles es el título que llevará la segunda entrega de nuestro tebeo, 1840; la primera, La Rosa Secreta, ya está en las librerías desde el 1 de marzo (de la mano de EDT).


¿De dónde salen? No se me han ocurrido a mí: se corresponden con el título de dos poemas hermosísimos de W.B. Yeats. “Los dos árboles” se publicó en el poemario The Rose, en 1893, y “La Rosa Secreta” pertenece a The Wind Among the Reeds que apareció en 1899. 

En cualquier caso, Yeats — Nobel de Literatura en 1923— está tan lejos de 1840 como de ser un escritor propiamente victoriano: su poesía es renovadora, rompe con todo lo anterior y se integra en el renacimiento literario irlandés; pero al mismo tiempo la magia y el misticismo celta que envuelven su poesía, sus inquietudes personales respecto a la sobrenatural —es la época de la Golden Dawn, del espiritismo— y la belleza de sus imágenes, han sido para nuestro proyecto 1840 claramente inspiradoras.

Tanto "La Rosa Secreta" como "Los dos árboles" pueden leerse aquí




Aquí, una traducción: 


Y el poema "The two trees", musicado e interpretado por la artista canadiense Loreena McKennit  


La edición que yo tengo es una Antología Bilingüe de bolsillo, publicada por Alianza, cuya traducción me gusta bastante (no sé si es la mejor o no, pero creo que sí consigue transmitir el esplendor de sus versos); incluye los dos poemas mencionados. 



Otra edición en bolsillo es Antología Poética (DeBolsillo, 2012), que aunque no incluye ninguno de los dos citados está seleccionada y prologada por Seamus Heaney.

La editorial Pre-textos publicó en el 2010 la edición bilingüe de su poesía completa, Poesía Reunida, con una cuidada traducción al castellano de Antonio Rivero Taravillo; según su página web, el libro está agotado. Esperemos que se decidan a reeditarlo pronto.

jueves, 7 de febrero de 2013

El observador solitario: 201 años


Tal día como hoy, 7 de febrero —pero en 1812—, nacía Charles Dickens, probablemente uno de los autores más conocidos y prolíficos de la literatura británica decimonónica. Tanto es así que podríamos afirmar que  en muchos aspectos vemos la era victoriana a través de sus ojos (y de los ojos de Oliver Twist, David Copperfield, Pip, Esther Summerson… )

Pero, ¿quién era Charles Dickens? ¿Qué le impulsaba a escribir, cómo era capaz de crear esos personajes tan fascinantes? ¿Qué hay de su propia vida en sus obras? Dos títulos, ambos editados en España, nos pueden ayudar a responder estas preguntas:


Aprovechando la celebración en 2012 del 200 aniversario de su nacimiento, Edhasa tradujo esta estupenda biografía de Peter Ackroyd, quien también ha escrito sobre las vidas de Shakespeare, Poe, Newton, o Turner. Si bien es cierto que este “Dickens” se publicó ya en 1990 en el Reino Unido, todavía no había encontrado traductor al castellano hasta ahora, y se ha realizado sobre una nueva versión revisada y reducida a 700 páginas.

Akcroyd es un biógrafo exhaustivo, tanto a la hora de relatar su vida privada como para ahondar —a veces de manera tal vez especulativa— en sus motivaciones, pero  consigue un estilo ágil y ameno capaz de enganchar al lector. Dickens. El observador solitario no es la vida novelada del escritor, pero se lee como si fuera una novela.





Este ensayo está considerado por los especialistas —entre ellos Ackroyd— su mejor biografía. Aparece en un momento en que las obras de Dickens son denostadas por la crítica post-victoriana, y sirve de reivindicación del popular escritor, a quien Chesterton admiraba (también reivindica los Penny Dreadful, o las novelas de detectives, pero ya hablaremos de ello en otra ocasión).

Esta biografía de Dickens no tiene, en absoluto, el carácter novelesco de la anteriormente citada: sitúa históricamente al autor, hace un repaso personal de su obra y sus personajes más interesantes, lo compara con otros escritores, pero no existe en ella ese "hilo narrativo" que construye Ackroyd. Sin embargo, se trata de Chesterton: su reivindicación del autor es tan brillante y su juicio literario tan lúcido e inteligente, que uno entiende que lograse que las obras de Dickens fuesen reeditadas y se le ofreciese prologarlas. Un título, pues, imprescindible, que además viene exquisitamente editado por la editorial valenciana Pre-textos.



viernes, 17 de agosto de 2012

"El mapa del cielo" de Félix J. Palma


El mapa del cielo, de Félix J. Palma, es la formidable continuación de El mapa del tiempo, novela que fue Premio Ateneo de Sevilla en 2008. Muchos de los elogios que le dedicamos en este blog a la primera nos van a servir para hablar de la segunda. Aunque es cierto que pueden leerse de manera independiente —gracias la habilidad del autor para narrar acontecimientos anteriores sin desvelar ningún secreto— personalmente recomiendo leer ambas en el orden adecuado. Si es que ese orden existe, claro: al fin y al cabo, por mucho que digan los poetas, el tiempo no es un río que fluye por su cauce hasta el mar (que tal vez tampoco sea el morir; aquí nada es lo que parece). Que se lo digan, si no, a H.G. Wells.


De nuevo, el conocido escritor de ciencia ficción va interpretar el papel protagonista de esta historia – junto con algún otro autor de nuestros favoritos, cuyo nombre no debemos revelar aquí—. Pero si El mapa del tiempo estaba trazado con las coordenadas de La máquina del tiempo, esta vez será La guerra de los mundos el eje que haga girar el entramado de esta novela que lleva en sus páginas mucha más acción, y aventura trepidante, e incluso terror: un terror auténtico cargado de desolación y de desdicha; ese miedo que rememoras en imágenes justo cuando cierras los ojos, antes de dormir, y que sigue ahí cuando vuelves a abrirlos y todavía no se ha hecho de día. No hay que desanimarse, sin embargo, porque el amor está presente en casi todas las páginas: viejos amores y nuevos amores, apasionados y tibios, todos verdaderos, listos para significar al ser humano frente a la terrible invasión alienígena que va a sufrir el planeta (¿provocada acaso para conquistar el corazón de una dama altiva? ¡Solo podréis descubrirlo si os adentráis en sus páginas!).

Regresa, también, el buen hacer narrativo del autor y su precioso lenguaje: la trama nos atrapa en sus hilos, nos engaña, nos deja pistas como miguitas de pan en un párrafo y en otro. Uno puede ver, aquí y allá, destellos de los libros que ama; quizás también otras referencias que no son literarias: no puedo evitar pensar en el mítico Doctor Who, o en la serie de la HBO Fringe —pero no entraré en detalles, no sea que revele datos que puedan arruinar alguna sorpresa—.

Quizás el final, igual que ocurre en El mapa del tiempo, se extienda demasiado: una vez alcanzada la comprensión, el clímax de la aventura, volver al tono reposado y reflexivo tiene ese efecto de saber que la fiesta ha terminado aunque sigamos oyendo la música. Y sin embargo, en El mapa del cielo hay que llegar a la última escena. Es imprescindible. Solo así comprenderemos el sentido último de toda la historia, la finalidad de cada una de las vicisitudes que hemos sufrido y compartido; qué es lo único que importa más allá del tiempo, del espacio, de todos los mapas. Os arrancará una sonrisa —o, como en mi caso, más de una lágrima— y el largo viaje habrá valido la pena.

Aviso a navegantes: ¡Leed a H.G Wells si aún no lo habéis hecho! Garantizo que el libro se disfruta el doble.

martes, 7 de febrero de 2012

Dos siglos con Dickens

Hoy se cumplen 200 años del nacimiento de Dickens; durante todo este 2012, serán muchos los homenajes, artículos, reediciones o adaptaciones que podremos disfrutar. 


Por lo pronto, Google ya le ha dedicado su "doodle" de hoy:




Y os dejamos también con una colección de prensa que en estos últimos días ha puesto especial atención en este aniversario:


- Dickens y sus fantasmas. Reportaje de El País
- Dickens in love. Reseña de ABC sobre el libro Dickens enamorado, que aparece hoy.
- Dickens, la conciencia de la Inglaterra Victoriana, en La Vanguardia
- Charles Dickens, el cronista insomne. Completísimo reportaje de El Mundo
- Londres rinde tributo a Dickens... (Yahoo noticias)
- La escritura de ultratumba, sobre Historias de fantasmas, antología de Impedimenta.
- Y Charles Dickens en la BBC, artículo de Lecturalia.


Nosotros hemos recomendado algunas de sus obras a lo largo de la trayectoria de este 1840, siempre tratando de descubrir el Dickens menos conocido: 


- La señora Lirriper i Una casa en alquiler (y las Memorias de Joseph Grimaldi, que espero cuenten un post exclusivo, dentro de poco)
- Escenas de la vida de Londres o
- Casa Desolada

Nos espera un gran año Dickensiano!




lunes, 5 de diciembre de 2011

La vida singular de Albert Nobbs


Con la elegancia que caracteriza a la editorial Funambulista, acaba de llegar a las librerías la traducción (la primera, en castellano) de La vida singular de Albert Nobbs, del irlandés George Moore, a cargo de González Gómez Montoro. 


Publicada en 1918 (llevada al teatro en 1982; también al cine, interpretando el papel, en ambos casos, Glenn Close), pertenece a la colección de cuentos orales A Story-Teller’s Holiday. La historia está ambientada en Dublín, durante la década de 1860, y cuenta la historia de una mujer que, para poder ganarse la vida y superar una situación adversa, se disfraza de hombre: así trascurrirán muchos años, hasta que un encuentro extraordinario le hará replantearse su situación. 





Esta obra sorprende y encanta desde el primer momento: sorprende por su modernidad, tanto formal como temática; encanta por el tratamiento exquisito que Gerorge Moore sabe dar a las emociones de los personajes. Es una novela muy breve (144 páginas, incluyendo el epílogo del traductor), y sus diálogos ágiles, la utilización —muy a menudo— del estilo indirecto libre, las descripciones sutiles y el juego de planos narrativos, hacen que su lectura resulte todavía más breve. Temas como el matrimonio homosexual, la realización personal, el sentimiento de paternidad, la identidad sexual, son tratados con gran naturalidad y abordados en su dimensión más profunda con sencillez. 

Aunque no he tenido ocasión de ver la adaptación al cine, creo que será muy difícil captar la sensibilidad particular del autor, su lenguaje y su pulso narrativo: todos esos elementos que convierten esta obra tan breve en una joya literaria.

lunes, 12 de septiembre de 2011

"Novedades" de Charles Dickens


Al menos, lo son en español: en el 2010,  Alba editorial nos ha ofrecido la traducción de La señora Lirriper (trad.de Miguel Temprano)  y de Una casa en alquiler (trad. de Concha Cardeñoso), aunque ninguna de las dos es propiamente una obra de Dickens; no solo de él, quiero decir: comparte autoría con otros autores. Ambas, eso sí, están compuestas de relatos cortos.



«Si las paredes de esta pensión pudiesen hablar […] tendrían tantas cosas que contar…», dice la señora Lirriper, que tras la muerte de su esposo, ha abierto una pensión en el número 81 de la calle Norfolk: historias cómicas, sentimentales, de fantasmas, de niños hambrientos y de fortunas enterradas componen el legado de esta “versión femenina del señor Pickwick” (según Chesterton) –cito editorial-. No haré me extenderé más en la reseña, porque es mejor que os deje el enlace a la que hizo Care Santos en el blog “La tormenta en un vaso”.



Una casa en alquiler, en la que cuenta con la colaboración de otros dos grandes autores británicos como son Wilkie Collins y Elizabeth Gaskell, gira alrededor de un edificio oscuro y misterioso -en alquiler- que la anciana Sophonisba contempla desde su ventana: para desentrañar el misterio y averiguar qué impide que la casa esté habitada, contará con la ayuda de su mayordomo y su mejor amigo. Os dejo la reseña de Sara Manzano en el blog “Papel en blanco”



La última novedad, aparecida hace unos días en las librerías, es la traducción de Memorias de Joseph Grimaldi (Páginas de Espuma; traducción de Eduardo Berti.); Grimaldi fue posiblemente el payaso más famoso de principios del XIX en Inglaterra. Dickens recibió el encargo de escribir estas memorias cuando tenía solo 25 años (Grimaldi murió en 1837) a partir de una autobiografía que el payaso había dejado escrita. En sus páginas, estoy convencido que no solo vamos a disfrutar de la escritura de Dickens (su sentido del humor, capacidad de observación crítica, ect.), sino también de un testimonio excepcional del mundo del teatro en aquella época. Dejo el enlace a la web de la editorial, donde no solo hay más información, sino que también se puede leer el primer capítulo. Y me marcho a leer los restantes. 

martes, 12 de octubre de 2010

Burke and Hare


Edimburgo, 1827. Por un lado, Robert Knox: cirujano , zoólogo, profesor de anatomía; por otro, William Burke y William Hare, dos "resurreccionistas" o ladrones de cadáveres.

Y es que la Murder Act de 1752 estipulaba que solo los cuerpos de los criminales ajusticiados podían servir para practicar estudios anatómicos en el Reino Unido; así pues, a principios del siglo XIX, cuando las ejecuciones disminuyen y la ciencia médica se desarrolla, se produce un grave desajuste entre la demanda y la oferta. Como robar cadáveres se consideraba un delito menor, este "oficio" se convirtió en algo bastante común. No sería hasta 1832 que está ley se vería revocada por la Anatomy Act de 1832, que favorecería el acceso de los médicos con licencia a cuerpos no reclamados, o incluso donados expresamente para tal fin. Pero antes de que esta nueva ley se promulgara, y acabase con el lucrativo negocio de los resurreccionistas, tuvo el lugar el famoso caso de los asesinatos de Burke y Hare. Porque Burke y Hare, irlandeses emigrados a Edimburgo, no son precisamente ladrones de cuerpos comunes.



Burke and Hare

Edimburgo, 1827. Burke y Hare son amigos; este último regenta una pensión junto con su esposa. El primer cadáver que venden es el de un inquilino que muere por causas naturales: lo llevan a la Universidad, donde un estudiante los pondrá en contacto con el doctor Knox, para futuras transacciones. pero claro, los inquilinos no siempre se mueren en sus camas, y hay que ayudarles un poco. Burke y Hare desarrolan su método particular - y tan particular: mirad el significado de "burking"- de manera que los emborrachan y los afixian comprimiéndoles el pecho. El primer asesinado será un hombre enfermo, pero luego, a falta de moribundos, buenas son tortas: hasta 17 víctimas fueron entragadas por la pareja al doctor Knox para su disección, a cambio de una cantidad que solía rondar las 10 libras.


Burke y Hare en acción

La dinámica de asesinatos duró un año, tras el cual ambos fueron detenidos: en diciembre de 1928 Burke es condenado a muerte - será ahorcado el 28 de enero de 1829- Hare acaba en libertad y Knox libre de cargos, aunque su carrera se resentiría gravemente.



Ejecución de Burke

(Toda la información detallada del caso, en Wikipedia)

Desde luego, el caso fue muy famoso, y en parte propició que saliera adelante la Anatomy Act, de la que hemos hablado más arriba. Canciones, pliegos de cordel - su equivalente británico, claro- cuentos populares y un relato corto de Robert Louis Stevenson: "El ladrón de cadáveres", sugen inspirados por estos terribles sucesos. Ya en época más moderna, cabe destacar la película "El ladrón de cuerpos" (1945), adaptación del relato de Stevenson protagonizada por dos grandes del cine de terror: Boris Karloff i Bela Lugosi, o "La carne y el demonio" (1960), con Peter Cusing.

Y ahora, en 2010, se espera el estreno de un nuevo film de John Landis sobre el caso, esta vez en clave de humor (negro), en el que Burke y Hare son encarnados por Simon Pegg y Andy Serkis, respectivamente. El tráiler, a continuación.

miércoles, 31 de marzo de 2010

Charlotte Brontë: 155 años

Hoy se cumple 155 años de la prematura muerte -aunque es cierto que vivió más que Anne y Emily- de Charlotte Brontë (1816-1855). Para recordarla, además de preparar muy pronto alguna reseña de su obra, destacar la biografía que escribió su amiga -y reconocida novelista- Elizabeth Gaskell, y que si bien puede pecar de falta de objetividad, es una lectura de lo más recomendable. En castellano está editada por Alba Editorial



También señalar la película de André Techiné 'Le soeurs Brontë' (de la que no he podido encontrar un tráiler) en la que Marie-France Pisier intrepretaba a la escritora; Isabelle Hupert encarnaba a Anne e Isabelle Adjani a Emily.


Dejo los diez primeros minutos, para abrir boca:


Y no quiero cerrar esta entrada sin enlazar el post de Samedimanche (Maelstrom), que ha recordado también a Charlotte Brontë en su blog.

viernes, 12 de marzo de 2010

"Falsa Identidad" de Sarah Waters


"Sue Trinder, una joven huérfana de diecisiete años que vive en el Londres más salvaje, protegida por la señora Sucksby, la gran «madre» de una dickensiana comunidad de delincuentes, es enviada a una mansión en el campo como doncella de la joven Maud Lilly. Pero Sue va con una misión: ayudar a Richard Rivers, Caballero, un aristócrata desclasado, quien planea casarse con Maud, recluirla luego en un manicomio y gozar de la fortuna que ella ha heredado." (Ed. Anagrama)



Falsa identidad” de Sarah Waters (‘Fingersmith’ en el original, término que la edición de Anagrama traduce como ‘habilidedos’) es una excelente novela de intriga; una de esas que atrapan, cuyo misterio está hábilmente dispuesto para sorprender al lector, con una trama muy bien construida, una ambientación sugerente y un final imprevisible. Ya solo por eso, merece la pena. Pero debo reconocer que lo que verdaderamente me ha cautivado, lo que creo que da vida al texto, son los personajes y sus relaciones entre ellos. Waters es capaz de crear caracteres verdaderamente vivos en sus contradicciones, en su amor y en su odio; vivos en sus cambios de actitud y en sus elecciones, auténticos motores de toda la trama. Por supuesto, a ello contribuye mucho la historia de amor entra las dos protagonistas -Sue y Maud- , centro de gravedad de la historia pero no tema central de la misma, cuyo desenlace nos hace permanecer en vilo -al menos a mí- hasta la última página.

Mención especial merece la exquisita recreación de la Inglaterra victoriana, minuciosa y muy bien documentada. De hecho, no es la única novela de la autora ambientada en este periodo: también 'El lustre de la perla' y 'Afinidad' están enmarcadas en el siglo XIX, aunque en sus últimos años - personalmente, reconozco que 'Afinidad' me gustó mucho; no tanto 'El lustre de la perla'-

Existe una adaptación cinematográfica de la BBC, muy buena, en la que los papeles principales están interpretados por Elaine Cassidy, Sally Hawkins e Imelda Staunton. A continuación podéis ver el trailer. Pero no lo hagáis si no queréis saber nada de la trama!

P.S. El amor entre mujeres es una constante en la obra de Sarah Waters, por lo que en ocasiones se la ha querido encasillar como 'literatura lesbiana'

Nota: Gracias al blog 'Papel en blanco' por las imágenes

jueves, 7 de enero de 2010

'El mapa del tiempo' de Félix J. Palma


‘El mapa del tiempo’, de Félix J. Palma, es un laberinto, o una madeja enredada que se deshace poco a poco, tirando despacio del hilo. Posiblemente, cuando abandonamos el laberinto, o ya hemos conseguido formar un ordenado y compacto ovillo, olvidamos nuestras tribulaciones, vemos con agrado nuestra finalizada tarea y pasamos a otra cosa; algo semejante sucede con esta novela. Pero que nadie se equivoque: es un libro excelente, solo que sus pretensiones son modestas y no parece que busque otra cosa que entretener al lector, cosa que logra con creces desde la primera página a la última. Aunque, la mayor diferencia entre esta obra y otras lecturas de entretenimiento – y que la hace destacar- es que ‘El mapa del tiempo’ está muy, muy bien escrita.

La novela se estructura en tres partes, marcadamente diferenciadas, pero que al mismo tiempo están ligadas entre sí por medio de hechos y personajes – y principalmente, por los viajes en el tiempo que anuncia el título-: la primera, narra la historia del aristócrata Andrew Harrington, enamorado de una prostituta que ha sido asesinada por Jack el Destripador y que deberá viajar en el tiempo para rescatarla; la segunda, está centrada en la historia de amor imposible de la joven Claire Haggerty y un héroe del futuro, el bravo Capitán Derek Shackelton; la tercera, desarrolla las tribulaciones de H.G. Wells –sí, el autor de la máquina del tiempo-, quien ha estado ya presente en las dos partes anteriores y que será el responsable del desenlace final de la novela – narrado de manera bellísima, por cierto-

Los personajes están bien construidos: son creíbles, interesantes y coherentes, aunque ninguno de ellos esté dotado de una especial profundidad; quizás el mejor de ellos sea H.G. Wells, pero también se trata del protagonista casi indiscutible de la historia. A parte de él, aparecen otros personajes históricos – el Hombre Elefante, Bram Stoker, Henry James…- elementos que suelen molestarme bastante salvo en esta ocasión, probablemente debido al tratamiento que les da Palma, distanciado de lo que nos tienen acostumbrados otras novelas ambientadas en épocas anteriores: los personajes reales no aparecen para sustituir una carencia en la ambientación, ni para satisfacer el ego cultural del lector, sino que tienen un papel concreto e importante, o suponen un homenaje personal llevado a cabo de manera sutil e inteligente. Otra mención especial merece la figura del narrador, personaje omnisciente que nos servirá de guía en la compleja trama temporal, y cuyas intervenciones son siempre magníficas.

Del resto de elementos de la novela cabe destacar dos: la trama, muy bien ideada y trabada, emocionante, en la que vamos descubriendo las claves argumentales poco a poco, y la forma de narrar de Félix J. de Palma, con un lenguaje rico, unas descripciones que rozan lo poético pero que en ningún momento hacen mermar el ritmo de la historia, o dan pesadez al desarrollo de acontecimientos.

En definitiva -y en mi opinión- una novela de lo más recomendable, una aventura comparable a 'La máquina del tiempo' de H.G. Wells, tan admirada -casi podría afirmarlo con certeza, pero reconozco que solo es una suposición- por el autor. inteligente, bien escrita, emocionante, intensa, bien construida, bien documentada.... ¿se puede pedir más?

martes, 3 de noviembre de 2009

Otra vuelta de tuerca


Ese es el título, en español, de la estupenda novela de fantasmas 'The turn of the screw', de Henry James. Es una historia ambigua, engañosa, y por lo tanto, doblemente inquietante: una institutriz es contratada para cuidar a dos niños en una casa solariega victoriana. Al principio los niños son encantadores, pero poco a poco la situación se complica: parecen estar influenciados por algo o alguien ajeno a su inocencia infantil. Así, la institutriz acaba descubriendo que en un pasado reciente, su predecesora y el ayudante de cámara del señor, iniciaron una relación ilícita que acabó con la muerte de ambos; de ahí pasa a sospechar que lo que realmente ocurre es que los niños son capaces de ver las almas de estos desdichados, y que corren un grave peligro. En su celo por ayudar a sus pupilos, acabará ella también viendo a ambos fantasmas...

Como he adelantado, la historia es ambigua: contada en primera persona por la propia institutriz -salvo un pequeño capítulo a modo de introducción- nuestra visión de la trama se ve rápidamente mediatizada por su propia interpretación de los hechos. Pero llegado un punto bastante avanzado de la novela podemos preguntarnos ¿ existen verdaderamente esos fantasmas? Parece ser que sí, porque ella- la institutriz, tiene una visión de ellos antes de que le sean descritos, pero ¿cómo podemos estar seguros de que eso es cierto, si solo podemos acceder a su propio punto de vista?

Luego tenemos, claro está, la maestría narrativa de Henry James, en la que es probablemente su novela más sencilla. La creación del personaje principal es impecable: es tan fácil llegar a creerla, llegar a creer en los fantasmas, empatizar con la inquietud que la invade, a propósito del peligro mortal que corren los niños. Nos dejamos engañar gustosos, y cuando la posibilidad de estar equivocados aparece por primera vez, se convierte en lo verdaderamente terrorífico del relato: lo que da miedo son los vivos, no los muertos.


En esta traducción de Anaya a cargo de Ana Isabel Conejo, se incluye un epílogo que ratifica la idea de que los fantasmas no existen...

Las adaptaciones cinematográficas han sido numerosas y variadas, pero entre ellas cabe destacar, sin duda, la versión de 1961 'The Innocents', dirigida por Jack Clayton e interpretada por una magnífica Deborah Kerr. Es la única versión, de las que conozco, que es capaz de transmitir en parte el desasosiego que produce la novela al incluir el tema de la doble interpretación de la realidad; aunque solo en parte, pues es un recurso demasiado literario como para poder plasmarlo en la pantalla. Aquí dejo algunas escenas de la película:


También está bastante lograda la versión de 1999, dirigida por Ben Bolt y protagonizada por Jodhi May (habitual de algunas series de la BBC), que cuenta con el aliciente de Colin Firth interpretando al señor de Bly. Aunque en este caso, la ambigüedad desaparece por completo y casi tenemos la certeza de que los fantasmas solo se encuentran en la mente de la institutriz; casi, como digo, porque siguen existiendo datos que hacen posible la interpretación contraria.


P.S. El club de lectura 'La Sarén Littéraire', tal como dice Samedimanche en su comentario, dedica muchas líneas a esta obra