domingo, 31 de mayo de 2009

Victorian fashion: 1840 (III). Moda masculina


El atuendo masculino de la década de 1840, al igual que sucedía con la moda femenina, se va a volver más sobrio, sencillo y funcional. Desaparecen las cinturas estrechas, las espaldas almohadilladas, los calzones coloridos o las levitas con grandes faldones para dar paso a líneas menos marcadas, colores más oscuros - se considera muy poco elegante vestir en tonos llamativos- y diseños más discretos.

Rupert Friend hecho un pincel, en el papel de príncipe Alberto

El frac, prenda por excelencia del periodo victoriano, se usa tanto durante el día como por la noche, pero en este último caso suele ser de color negro. Sin embargo muchos hombres comienzan a preferir el redingot durante el día, y en verano, la americana.

Frac. 1847

El sombrero de copa, otro icono de la época, se extiende a todas las clases sociales y se utiliza en todo momento; al principio de la década la copa es muy alta, pero progresivamente irá disminuyendo de tamaño. En el campo, se usa a veces un sombrero informal de copa baja. Las camisas de volantes desaparecen, aunque en los primeros años todavía se usan durante la noche; las corbatas se vuelven pequeñas, pero el cuello de las camisas sigue llevándose subido hasta las mejillas, y en ocasiones cubre por completo el de la chaqueta. Para el deporte, se usa un pañuelo sujeto con una aguja. Los pantalones son más ceñidos aún si cabe que en el periodo anterior, y usualmente llevan una tira que se engancha debajo del empeine; en general, están confeccionados del mismo tejido que la chaqueta, y fueron muy populares las telas escocesas para el invierno y el dril para el verano. Los calzones quedan relegados para el uso en el campo, y son de cuero o lana, pero también se usan en la Corte, en cuyo caso son de cachemir blanco.

A continuación, os edjamos una colección de imágenes, extraídas casi en su totalidad de la web The Victorian Era On-line, donde podéis encontrar mucha más información gráfica sobre moda.





No obstante la sobriedad de la indumentaria de la época victoriana, hacia 1840 siguen existiendo los dandis, pero son vistos como reliquias del pasado: la figura preminente en la sociedad inglesa de la década es la del respetable burgués, que no desea llamar la atención sino presentar un aspecto respetable en todo momento y lugar.

El respetable Mr. Robinson, en 1844

Fuente: "La moda. Historia del traje en Europa desde los orígenes del cristianismo hasta nuestros días" de Max Von Bohen, con un estudio preliminar del Marqués de Lozoya. Salvat. Barcelona 1928-1944


lunes, 25 de mayo de 2009

Un pequeño avance


Os dejamos un pequeño avance de lo que será "1840", cuyo primer episodio está casi terminado: aquí van un par de páginas, en escala de grises.

Página 8


Página 16

También anunciaros que, de manera paralela a la aparición del cómic -y a petición de algunos amigos- también se podrá seguir la historia en versión novelada; en fin, un blog-serial victoriano por entregas. Se podrá leer de manera independiente, pero también como un complemento a lo que vaya a contándose en el cómic: un delicado equilibrio que esperamos poder conseguir. Y que ambos gusten mucho!

martes, 19 de mayo de 2009

"Bright Star", la película de Keats


En estos días se celebra, como cada año, el Festival de Cine de Cannes, lo cual no tendría relevancia para este blog victoriano si no fuera porque hace unos días se presentó la película"Bright Star", de Jane Campion -directora que ya ganó la Palma de Oro con "El Piano" en 1993. Por cierto, la única mujer que ha conseguido este galardón en toda la historia del festival-. El film no es exactamente un biopic -lo que es de agradecer un poco-, sino que está centrado en un episodio de la vida del poeta John Keats: concretamente, su efímera y trágica relación sentimental con la joven Fanny Brawne. La película está interpretada por Ben Whishaw y Abbie Cornish en los papeles protagonistas, y ha sido bien recibida en el festival, aunque se cree poco probable que se alce con algún premio.


Imagen de la película

Podéis leer algunas críticas de la prensa acreditada en el blog "Cineencuentro", bellos fotogramas y algunos vídeos en "Lights, Camera, History"

A continuación, os dejo un bonito vídeo, que mezcla imágenes de la película, con algunas cartas de la pareja -que fueron publicadas póstumamente y constituyeron un escándalo- y retratos del propio Keats.



También, en el blog "El Espejo Gótico", encontraréis una selección de sus poemas, traducidos al castellano por Aelfwine, el autor de este espacio. Y para terminar, obviamente, el poema Bright Star...

Bright star, would I were steadfast as thou art--
Not in lone splendour hung aloft the night
And watching, with eternal lids apart,
Like nature's patient, sleepless Eremite,
The moving waters at their priestlike task
Of pure ablution round earth's human shores,
Or gazing on the new soft-fallen mask
Of snow upon the mountains and the moors--
No--yet still steadfast, still unchangeable,
Pillow'd upon my fair love's ripening breast,
To feel for ever its soft fall and swell,
Awake for ever in a sweet unrest,
Still, still to hear her tender-taken breath,
And so live ever--or else swoon to death.

jueves, 14 de mayo de 2009

Victorian Fashion: 1840 (II). Moda femenina


Como ya avanzamos en la primera parte del post, vamos a dividir la entrada correspondiente a la moda de 1840 en varias partes, para poder extendernos más. Esta que nos ocupa la dedicaremos a la moda femenina, para poder centrarnos en la próxima exclusivamente en el traje masculino.

La moda femenina de 1840 se puede resumir en tres grandes rasgos: cintura baja, mangas más ceñidas o abombadas solo en el antebrazo, y faldas largas y voluminosas. El cuerpo y la falda estaban habitualmente unidos, y para dar volumen a las faldas se utilizaba multitud de enaguas (lo que producía el llamado "efecto cubretetera") En los últimos años este efecto se exageró con el uso de un polisón llamado "crinoline"- porque estaba hecho de crin de caballo-. No hay que confundirlo con la futura "crinoline", que era un armazón de círculos metálicos atados con cintas, que se emplearía a partir de la década de los 50 para ahuecar todavía más las faldas, pero que acabó llamándose igual.

Interesante, para ver tanto el exterior como el interior de la moda femenina, el estupendo espacio "My Costumes"de la web "The Fashionable past: Katherine's Dress Site", donde se puede disfrutar de sus estupendas creaciones. Podéis ver un "Day Dress" de 1840 aquí, y aquí la reproducción de un corsé

Según Max Von Voen en su obra "La moda: historia del traje en Europa desde los orígenes del cristianismo hasta nuestros días" (que sirve de fuente, directa e indirecta, a estos artículos), se distinguen cuatro tipologías de vestido, según el momento del día y el lugar: la pelisse-robe, el redingote, el vestido redondo, y el "peignoir" o peinador. Pero al final de la década, hay que señalar que los dos primeros términos se confunden, y acaban por usarse indistintamente.


Redingote o Pelisse


Le Bon Ton. Trajes de mañana (1843)

Así, en líneas generales, la pelisse-robe se usaba para estar en casa por las mañanas, el redingote para los paseos matutinos y el vestido redondo, más adornado, para el paseo de la tarde; el "peignoir"es el vestido informal, y sólo se lleva por las mañanas en casa. Los materiales con que se confeccionaban estas prendas son organdín, algodón, tartalana o batista.


1841

No podemos dejar de mencional la importancia del "chal" como complemento que vuelve a estar de moda en esta década —y no solo los de cachemira, sino también los de Paisley, ya que la reina Victoria adquiere en estos años su residencia en Balmoral—. También aparecen distintos tipos de capas, como podréis ver en las imágenes que siguen.



Le Follet (1839)

Dejo un enlace a la página web de la Colección Gezsler, com imágenes de moda de la época, y a la cuales pertencen las siguientes:


1840


1841


1842

Mención aparte merecen los vestidos de noche: para asistir a las fiestas, o al teatro, etc. Son escotados, con dicho escote por debajo de la espalda, recto, o formando un pequeño entrante en el centro. Los vestidos de noche suelen ser de seda o terciopelo.



Le Bon Ton (1843)


Bailando una mazurca


Princesa de Saxe-Coburg


1840

Y, finalmente, destacar que en esta época se desarrolla una auténtica afición de las mujeres por la equitación, y en todas las revistas de modas se pueden encontrar ejemplos de trajes de montar. El vestido de montar tiene un aire masculino de cintura para arriba —chaqueta entallada, sombrero de copa, cuello y corbata de hombre—, pero de cintura para abajo no puede ser menos práctico: una falda larga, tan larga que casi toca el suelo cuando la amazona se encuentra a lomos del caballo. Podéis ver varios ejemplos aquí:


Traje de montar (1843)


Revista de Moda (1847)

Y para cerrar el post, el tráiler de una estupenda adaptación de la BBC de la novela de Charlotte Brontë "Jane Eyre", donde se puede ver una buena muestra de la moda de la época (a parte de disfrutar de la historia y las interpretaciones, que son excelentes)

lunes, 11 de mayo de 2009

Portada ganadora



Pues aquí la tenemos, la portada ganadora. Gracias a todos los que habéis votado!

martes, 5 de mayo de 2009

"Middlemarch", George Elliot



Si hay una novela imprescindible en la literatura inglesa victoriana, pienso que esa sería"Middlemarch", de George Elliot, que se publicó por primera vez en diciembre de 1871 en entregas mensuales y que constituye probablemente la obra cumbre de esta autora.

En "Middlemarch" -aviso- no ocurre prácticamente nada, y al mismo tiempo no dejan de suceder cosas: prácticamente como en la vida real. Si quisiéramos resumir su argumento, podríamos decir que narra la historia de tres parejas muy diferentes entre sí, y que estas tres historias se entretejen con la crónica del propio Middlemarch, una ciudad de provincias imaginaria. Pero al mismo tiempo, los cambios sociales, el proceso de modernización de la Inglaterra Victoriana, las diferentes perspectivas ideológicas, morales y científicas de la época, se convierten en eje central de la narración, que transcurre en un periodo especialmente interesante (septiembre de 1829, mayo de 1832, justo antes de la primera Reform Bill). Así, los personajes principales reflejan el idealismo y el deseo de cambio: Dorothea Brooke, una joven de 19 años, desea realizar su propia reforma social, pero acaba casándose con el viejo Casaubon, un erudito mediocre y poco creativo que termina perdido en su propia torpeza intelectual y unos celos motivados por esa misma insuficiencia; Tertius Lydgate, el joven y brillante médico recién llegado, representa con sus ideas las reformas médicas y científicas, pero también fracasa debido a su matrimonio equivocado con la superficial Rosamond Vincy. Y sin embargo, todavía nos queda la tercera pareja: la que formarán Fred Vincy, un joven tarambana y la prudente Mary Garth, el único que resultará exitoso gracias al proceso de reflexión y a las pruebas a que se someten los dos enamorados.

En "Middlemarch", pues, hay amor, y también crítica social, e historia, y un retrato extremadamente realista del ambiente rural de la Inglaterra de la época: los personajes están bien definidos y son psicológicamente coherentes. Pero quizás uno de los puntos más atractivos de  "Middlemarch" sea que George Elliot aprovecha cualquier suceso o eventualidad cotidiana para desarrollar, a lo largo de toda la obra, toda una serie de disgresiones, breves pero siempre interesantes e ingeniosas. Dejo aquí el enlace a una estupenda web "Bienvenidos a la fiesta", en la que su autor hace una recopilación excelente y en la que se puede encontrar mucha más información sobre George Elliot y su obra. 

Podríamos analizar uno por uno multitud de elementos interesantes de esta novela, pero no lo haré, porque mi nivel de conocimientos literarios no me lo permite, y desde luego porque la novela tiene más de mil páginas y no conviene perder el tiempo en teoría literaria cuando podemos estar disfrutando de ella. Solamente añadir la opinión de Virginia Wolf, que puede animarnos más si cabe a su lectura y que consideraba "Middlemarch" como "el magnífico libro que, con todas sus imperfecciones, es una de las pocas novelas inglesas escritas para gente adulta"

PD: Os dejo aquí también el enlace a las obras de George Elliot, publicadas en castellano en Alba Editorial (aunque también podéis encontrar "Middlemarch" en bolsillo.