domingo, 25 de octubre de 2009

'La soledad de Charles Dickens', de Dan Simmons


Dos han sido las novedades editoriales que han aparecido este año y que tienen como eje argumental los último años de Charles Dickens y su última novela inacabada -'El misterio de Edwin Drood-: 'El último Dickens' de Matthew Pearl y 'La soledad de Charles Dickens' de Dan Simmons. Me decidí por esta última, no porque hubiera leído nada de Simmons -bastante celebrado, por cierto; al menos en lo que he sabido de él a posteriori-, sino porque 'La sombra de Poe', de Pearl, me pareció una auténtica tomadura de pelo.


'La soledad de Charles Dickens' es, cuanto menos, una novela singular. El argumento arranca el 9 de junio de 1865: Dickens sufre un grave accidente ferroviaro en Staplehurts, cuando viajaba con su amante y la madre de esta. En medio del caos y la confusión del desastre, conoce a una extraña criatura llamada Drood, un hombre pálido sin nariz y párpados, que centrará su vida a partir de ese momento- vida que se prolongará solo cinco años más, y que transcurrirá marcada por el terrible suceso- O eso creemos. Porque rápidamente aparece en escena el personaje de otro célebre escritor, Wilkie Collins, que se erige como narrador absoluto de esos últimos años de Dickens, y en verdadero protagonista de la historia. Así pues, veremos a Dickens, Londres, el misterio de Edwin Drood, los personajes reales e y los imaginarios y, sobretodo, la literatura, a través de los ojos de este magnífico autor -sus propias obras, ya que escribe 'La Piedra Lunar' y 'Marido y Mujer' en esos años, y también toda la producción de su amigo- Pero quizás Collins tampoco el verdadero protagonista de esta novela; tenemos la pálida sombra de Drood, desde luego, pero no sabremos nunca si es real o fictícia, o un mero pretexto para hablar de otras cosas. Porque la alucinación, el pulso creativo -otra vez, la literatura- las consecuencias del opio, la obsesión, la envidia, el mesmerismo, el Londres victoriano más oculto, más sórdido y profundo, impregnan la narración de tal modo, que fagocitan a los propios actores, Collins y Dickens, y se convierten en el prisma por medio del cual, casi sin darnos cuenta, vamos a percibir toda la realidad.

Reconozco que Simmons no me ha parecido un narrador hábil en cuanto a estructurar y hacer avanzar una historia, pero sin embargo, había pasajes descriptivos que conseguían atraparme de una manera única, vívida., mesmerizante. La novela está bien documentada, las situaciones son verosímiles en tanto que el autor nos sumerge en un mundo alucinado, los personajes están muy bien construidos, y esto quizás es un defecto más que una virtud: son tan reales, que no nos producen ninguna empatía. Despreciamos a Dickens, odiamos a Collins, no hay lugar para el afecto, para el amor, o para la amistad, para los amables y providenciales finales felices de la novela victoriana. En cada una de sus páginas queda patentemente expresada la verdadera soledad del escritor victoriano: de Charles Dickens, pero sobre todo, de la figura conductora, un retorcido y atormentado Wilkie Collins. Si llegamos al final de la novela, es por que en verdad Simmons ha sido capaz de mesmerizarnos en las primeras páginas, y no romperá el hechizo hasta mucho después de que hayamos leído esa última palabra.

P.S. Leo por ahí alguna noticia de que Guillermo del Toro quiere filmar esta historia...

lunes, 19 de octubre de 2009

El arte de dibujar


Es el título de la exposición que se puede ver hasta el próximo mes de enero -si vivís en Madrid, cerca de Madrid, o tenéis intención de ir a esta ciudad-, compuesta por dibujos de Caspar David Friedrich (1774-1840) ; su obra pictórica es muy famosa, y es de especial inspiración -me consta- para nuestro dibujante, David Belmonte. Aunque no es inglés, ni victoriano, su pintura, un icono del romanticismo, no deja indiferente.

Tenéis información sobre esta muestra en la web de la Fundación Juan March; también podéis leer la nota de prensa, publicada en ABC: 'La Fundación Juan March desvela la faceta oculta de Caspar David Friedrich'

Y a continuación, una pequeña muestra de su pintura


Y encontraréis más en la web Artmagick

domingo, 11 de octubre de 2009

Victorian Fashion: 1865-1880


Moda femenina:

De 1865 hasta el final de la década, asistimos al primer cambio importante, con la aparición del vestido "princesa", confeccionado de una sola pieza, cuya variación más popular será probablemente en modelo llamado "polonesa".


1850-1865 son los años de la crinolina, pero en la segunda mitad de los 60 va a producirse un cambio significativo en la silueta femenina: la crinolina se ha ido desplazando hacia atrás hasta desaparecer, recogiendo gran cantidad de tela en la parte posterior y curvándose en una especie de polisón que marcará toda la década posterior.

1869

Ya de pleno en la década de los 70 la figura se estiliza y las faldas se estrechan sobremanera, en un intento de búsqueda de sencillez que no se materializará, debido fundamentalmente a dos factores: la generalización de la máquina de coser y la aparición de los tintes de anilina. El resultado es una profusión de frunces, pliegues, volantes, a causa del primero, y una sustitución de los colores discretos de décadas anteriores por tonalidades vivas y exóticas, fruto del segundo. Se puso de moda también llevar el corpiño de un color diferente a la falda, y confeccionar el vestido con dos tejidos diferentes - uno liso, el otro estampado- La chaqueta se lleva sobre el corpiño, muy ceñida, con una pechera de diferente color y en ocasiones, con faldones largos a modo de sobrefalda; a veces también se llevaba una falda suelta con esta pieza, que suele presentar un contraste de color o tejido. Las mangas son, por regla general, estrechas.


1870
1870

1873

La popularidad de la novela de Dickens "Barnaby Rudge, lleva a la aparición, hacia 1872 del estilo "Dolly Varden": era generalmente de cretona o chinz estampado, de colores brillantes, y se suponía perteneciente al siglo XVIII

"Dolly Varden". 1872

Las capotas dejan paso a los sombreros: pequeños, colocados en la frente, sobre una masa de pelo que forma un enorme moño con rizos y trenzas. Este tipo de peinado necesitará, en muchas ocasiones, de pelo postizo.



Moda masculina:

Los cambios en la moda masculina a lo largo de la década de los 70, conllevan la aceptación de las telas estampadas y la sustitución de las corbatas anudadas por la corbata actual y la corbata Ascot. El traje masculino se compone, básicamente, de tes piezas: pantalón, chaleco con botones y chaqueta.

Se sigue usando el chaqué, y las levitas para vestir durante el día en las ocasiones formales; para la noche, frac negro y pantalones. Estos, en cualquier ocasión, son largos y de colores oscuros, pero se usa el tweed y la lana para la caza y las excursiones.

1872

1875

1878

Fuentes:


"La moda. Historia del traje en Europa desde los orígenes del cristianismo hasta nuestros días" de Max Von Bohen, con un estudio preliminar del Marqués de Lozoya. Salvat. Barcelona 1928-1944

sábado, 3 de octubre de 2009

Dickens & BBC


Nuestros dos últimos post han tratado, respectivamente, de una serie de la BBC de ambientación victoriana ("Desperate romantics") y de una de las primeras obras de Charles Dickens ("Escenas de la vida de Londres") Así que, viendo ambos, caemos en la cuenta de las excelentes adaptaciones para televisión que se han hecho de la obra de Dickens estos último años: a cargo, por supuesto, de la BBC. Estas versiones siempre tienen como denominador común una ambientación exquisita, estupendos actores y narrativa impecable.

Little Dorrit (2008)

"Little Dorrit", de Charles Dickens, apareció por entregas originalmente entre 1855 y 1857; narra las venturas y desventuras de Amy Dorrit, que ha nacido y crecido en Marshalsea -la prisión para deudores-, y cuya familia se ve encumbrada repentinamente a causa de una inesperada herencia. Encontraréis más información sobre la novela aquí ; aquí podéis leerla en inglés.

Esta última adaptación -ha sido llevada también al cine en varias ocasiones-está compuesta por catorce episodios de media hora -excepto el primero y el último, que duran una hora -. En ella podemos encontrar actores tan conocidos como Matthew Macfayden - Mr. Darcy en "Orgullo y Prejuicio" de 2005- en el papel de Arthur Clennam o Andy Serkys, interpretando al malvado Rigaud; aunque si hay que destacar alguna interpretación es la de Tom Courtenay como un auténticamente odioso William Dorrit. Porque es en la construcción de los personajes, tanto principales como secundarios, en lo que más sobresale esta serie: todos están no solo bien interpretados, sino que poseen caracteres especiales que los hacen únicos, imprescindibles para la historia independientemente de su intervención en los hechos. Tal vez podríamos señalar también la ambientación como elemento a tener en cuenta, en tanto que participa sutilmente en el devenir de los hechos: por ejemplo, en los planos bamboleantes de la casa de Mrs. Clennam, que auguran el final de la misma, o en la colección de pájaros enjaulados que posee la hija de Mr. Meagles.


El tráiler, a continuación:


Tenéis toda la información relativa a la serie en su página oficial:


Bleak House (2005):

Esta novela de Dickens, una de las mejores para mi gusto, ya fue reseñada en este blog hace tiempo; de todos modos, podéis encontrar más información aquí

Si algo llama la atención en esta serie, es tal vez la participación de Gillian Anderson en el papel de Lady Dedlock, aunque reconozco que no es lo más destacable -aunque su interpretación es muy buena, no cabe duda- Lo mejor, creo, es el guión: la historia del caso Jarndyce & Jarndyce es tremendamente enrevesada, exageradamente melodramática y repleta de sucesos de lo más diverso; en Bleak House pasa de todo y a todos. Sin embargo, la narrativa de esta versión está perfectamente equilibrada: todo lo que tiene que suceder sucede, y de un modo claro, ordenado e interesante. También hay que destacar la labor de Anna Maxwell Martin para lograr que nos caiga simpático un personaje tan estomagante como Esther Summerson.

La página oficial de la BBC:


A continuación, un vídeo que resume el casting


Para terminar, citaremos otras dos de fecha anterior, pero que también son muy recomendables: "Oliver Twist" (1999) y "Our mutual friend" (1998), impecablemente adaptadas, pero en las que todavía no podemos apreciar la excelente calidad de imagen y ambientación de las dos anteriores, más recientes.