Las décadas de 1850 y 1860 son más activas y prósperas que los anteriores años 40 y en cuanto a moda femenina se refiere, las faldas van a continuar su expansión; no solo se ensanchan, sino que empiezan a llevar volantes, superpuestos en capas.
1850
Durante los primeros años, se consigue el efecto deseado sumando gran cantidad de enaguas, pero su peso llega a ser tal que se vuelve insoportable; así pues, en 1856 son reemplazadas por la crinolina, es decir, unas enaguas con aros. Estos aros estaban hechos de acero flexible y podían ir cosidos a la misma enagua, o bien ser una pieza separada que colgaba de la cintura por medio de cintas.
Crinolina
1856
La moda de la crinolina duró aproximadamente unos 15 años, a lo largo de los cuales experimentó diversas modificaciones: alcanza sus máximas dimensiones hacia 1860, y luego comienza a trasladarse hacia atrás dejando la parte de delante casi plana y creando un efecto de cola. Si se ensancharon las faldas, cabe suponer que también lo hicieron las mangas: con forma de campana o estilo 'pagoda', se llevan sobre otras de algodón o lino, a menudo guarnecidas de encajes. La cintura seguirá siendo muy estrecha durante todo el periodo.
1859
1860
1864
1865
Dado que mostrar las piernas es algo sumamente escandaloso en la época, y al ser la crinolina tan ligera -y las faldas tan amplias- que un viento un poco fuerte podía levantarla, comienzan a ser de uso común unos pantalones largos abombados de lino que terminan en puntillas a la altura del tobillo -hablaremos más de ello en otro post dedicado a la ropa interior- Las niñas también comienzan a usar esta prenda, aunque al ser sus faldas sensiblemente más cortas, muestran el borde de ancaje de los pantalones, lo que llega a convertirse con el tiempo en un signo de elegancia.
El intento de reforma de la señora Bloomer
En 1851, Amelia Bloomer llega a Europa con nuevas ideas sobre el vestido femenino: ideas para volverlo más racional pero no menos elegante. Se trataba de una versión simplificada del cuerpo de moda, una falda ancha que llegaba hasta las rodillas y unos pantalones holgados que cubrían hasta el tobillo. Este tímido intento de reforma causó un terrible revuelo, y se convirtió rápidamente en blanco de burlas.
Otros aspectos del vestido femenino
El peinado por excelencia de la época consiste en una raya partida, con los dos lados resultantes cubriendo las orejas, y un moño o rodete grande en la parte baja posterior de la cabeza; también se estilan los racimos de rizos a los dos lados de la cabeza, emulando la moda del siglo XVII. La capota se vuelve tan pequeña que deja a la vista el cabello en la parte delantera, y en la década de los 60, se adorna profusamente con cintas, encajes y lazos.
La moda masculina:
La moda masculina muestra pocos cambios respecto a la década anterior: frac para la tarde- noche, redingote durante el día. Entre los jóvenes, la americana se convierte en una pieza cada vez más popular. Los sombreros de copa se vuelven más altos. A finales del periodo, comienza estilarse el 'traje completo' es decir, chaqueta, pantalón y chaleco confeccionados con la misma tela.
Fuente: "La moda. Historia del traje en Europa desde los orígenes del cristianismo hasta nuestros días" de Max Von Bohen, con un estudio preliminar del Marqués de Lozoya. Salvat. Barcelona 1928-1944
Wikipedia
6 comentarios:
Vaya suplicio de ropa femenina, no me extraña lo de la señora Bloomer. Seguro que los que se burlaron de ella eran hombres que no tenían que llevar crinolinas...
Ni enaguas, ni corsés, ni lazos, ni nada. ^_^
Bueno, había hombres que llevaban corsé, y no veas lo deformados que se quedaban...
Sí, también es verdad... pero, ¿se quedaban deformados? Yo los que he visto se parecían a esos que te ponen la espalda recta.
Sí, por lo que yo sé, lo usaban por cuestiones estéticas; lo llevaban puesto casi siempre y se lo iban ajustando cada vez más para reducir el tamaño de la caja torácica. Seguro que hay fotos por ahí, pero no te recomiendo que las veas, son asquerosas.
Me habrás de pasar enlaces... que sabes un montón de cosas!
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