Como hace nada que hemos celebrado la festividad de Todos los Santos, el libro recomendado para este mes de noviembre va a ser una historia de fantasmas; bueno, más de una: “Cuentos de fantasmas”, de Montague Rhodes James (1862- 1936).
Creo que este autor no ha alcanzado –al menos en España; desconozco si es así en otros lugares- la popularidad de otros escritores decimonónicos del género como Edgar Allan Poe o H.P. Lovecraft –o en menor grado, Guy de Maupassant o Sheridan le Fanu- aunque hay que reconocer que ni su vida ni su obra son comparables a las de estos. M.R. James fue un importante medievalista, lingüísta y estudioso de la biblia; educado en Eton fue posteriormente director del mismo, y también decano del King’s College de Cambridge. Sus trabajos académicos fueron grandemente reconocidos, aunque lo que haya perdurado de su obra escrita sean precisamente sus historias de fantasmas, que él escribía por puro entrtenimiento. Así, lejos de las atormentadas figuras de sus antecesores y de sus historias góticas, sus mundos oníricos y sus ambientes fantásticos, la concepción del cuento de terror de M.R. James se puede resumir con sus propias palabras:
"Un cuento de fantasmas debe transcurrir en un marco familiar y contemporáneo que lo acerque a la esfera de experiencias del lector. Además, los fenómenos espectrales deben ser malignos más que benignos; dado que el miedo es la principal emoción a suscitar. Y por último, debe evitarse cuidadosamente la jerga del "ocultismo" o seudo ciencia, para no sofocar la ilusión de verosimilitud en una pedantería inconvincente."
“Cuentos de fantasmas” -en la cuidada edición de Siruela, con su elegante cubierta monocroma y sus buenas traducciones, y además en bolsillo- es una estupenda selección de sus mejores “ghost stories”. Uno de los elementos más destacables en ellas podría ser la variedad de temáticas y argumentos que es capaz de desarrollar, a partir de su bagaje de erudito victoriano: uno podría pasar la tarde entera leyendo una historia tras otra, sin que de lugar a la monotonía o el cansancio. El sentido del humor, la ironía y el estilo directo y exquisito, contribuyen no poco a ello.
Los relatos suelen estar narrados en primera persona o, en cualquier caso, en base a un testimonio de primera mano –lo que da veracidad a la historia y también acerca el horror al lector-, y casi siempre el elemento sobrenatural pertenece a tiempos pasados, o tiene su origen en misterios antiguos y leyendas populares. Además, estos cuentos de fantasmas nunca terminan con una explicación pormenorizada de dicho misterio, sino que se permite al lector sacar sus propias conclusiones –lo que es de agradecer, si comparamos con algunas narraciones modernas de misterio, tanto en la literatura como en el cine-
Ente mis preferidos –y para que os podáis hacer una idea de los temas- voy a resaltar: “El tesoro del Abad Thomas” –de tintes góticos, donde se narra un misterio de origen medieval-, “El diario de Mr. Poynter” - que revela su gusto por los libros antiguos- y “El Tratado de Middoth” – con, además, la historia de un legado familiar-; “El Maleficio de las runas” , “El Conde Magnus” o “El fresno” –que a mí me recuerda a algunas historias de Lovecraft- De hecho, este famoso autor reconoce a M.R. James en su obra “El horror sobrenatural en la literatura” como uno de los importantes revitalizadores de los cuentos de fantasmas, anclados en los tópicos románticos de principio de siglo.
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