miércoles, 31 de diciembre de 2008

Feliz año Nuevo


viernes, 26 de diciembre de 2008

Dos enamorados, un loco



Gira la rueda del destino; da una vuelta, otra vuelta, y ahí llega sin número ni cifra, con la boca llena de sombras: el loco.

Que la plata de la lluvia no cubra el oro de los días; cuando los ojos se encuentran nace el amor, arcano invisible, luna del sueño, sol de los días inevitables...

It turns, the wheel of the Destiny; turning and turning and he comes, without figure or number, with the mouth full of shadows: The Fool

That the silver of the rain does’nt cover the gold of days; when the eyes is crossing the love is born, invisible Arcana, moon of dreams, sun of the inevitable days…

 

martes, 23 de diciembre de 2008

Felicitación Navideña


Feliz Navidad!
Merry Chritsmas!

lunes, 15 de diciembre de 2008

Navidades victorianas


En estos días, los Caminantes nos hemos preguntado cómo vivirían la Navidad los personajes de "1840", y no hemos podido dejar de pensar en "Canción de Navidad", de Charles Dickens, y de cómo este autor y su predilección por estas fiestas contribuyeron, y no poco, a su recuperación y popularidad. Porque en 1840, era una celebración que se encontraba en claro retroceso, y no será hasta la segunda mitad de siglo -del XIX- que se producirá un resurgimiento, propiciado por las condiciones sociales, y se fijará la fiesta de la Navidad tal como la conocemos hoy en día: llena de colorido, de carácter familiar, y con una serie de tradiciones fijas que se han extendido por todo occidente.

La Navidad comenzó a tomar forma en la vida de la nación inglesa alentado por la famosa fiesta de un niño de Windsor en 
1841, cuando el príncipe Alberto le obsequió un árbol de Navidad, elemento importante en los festejos de su natal Alemania. Este árbol festivo fue llevado a América por los inmigrantes alemanes protestantes.

La Navidad pronto se volvió a hacer popular. Las tarjetas de Navidad aparecieron por primera vez en 1844; en la imagen, podéis leer algunas curiosidades en relación a esta costumbre que se convirtió en tradición una generación después. (cito textualmente)


Para terminar, y siguiendo con Dickens -este va a ser su mes- hay una tradición que sí nuestros personajes de 1840 seguirían, y es contar Historias de fantasmas junto al fuego, en las veladas Navideñas. Ya hablamos de los  "Cuentos de fantasmas" de M.R. James, pero también Dickens tiene editadas en castellano sus historias de fantasmas: recomiendo, por ejemplo "El guardavías y otras historias de fantasmas", editada por Valdemar. Y es que al final, queremos ponernos Navideños y acabamos hablando de fantasmas e historias de terror. No tenemos remedio.

PD: Os  dejo el enlace al post títulado "El Sr. Dickens", de un blog muy recomendable "La letra escarlata". Encontrareis más información sobre las Navidades victorianas, y otras muchas cosas interesantes.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

James McNeill Whistler


Para no hablar todo el tiempo de literatura, vamos a empezar a postear también algunas entradas sobre las artes visuales; artistas que sirven de inspiración al dibujante de esta aventura, principalmente, y otros que son destacados en su época, o que tratan temáticas que en algún momento se relacionen con nuestra historieta.

El primero de ellos –a sugerencia de David Belmonte, puesto que es una de sus fuentes de referencia para trabajar en este cómic- es el pintor estadounidense  James McNeill Whistler    (Lowell-Massachusetts, 1834- Londres, 1903) quien a pesar de ser norteamericano, paso casi toda su vida en Francia e Inglaterra. Si queréis saber más sobre su biografia, aquí están los enlaces a la Wikipedia (en inglés muchísimo más extensa que en español):

James McNeill Whistler-Wikipedia Español

James McNeill Whistler-Wikipedia Inglés

Una de las anécdotas más destacadas de la vida de Whistler, y que le define muy bien como artista, es el pleito (juicio incluído) que lo enfrentó a otra gran personalidad de la época, el crítico de arte y escritos John Ruskin. Ruskin, un tradicionalista, acusó a Whistler de presentar en una galería de Londres “cuadros sin terminar” en los cuales faltaba la composición y el detalle, y de sobrecargarlos por “hacer volar un pote de pintura” contra sus telas (cito textualmente). Ruskin era  defensor de la pintura prerrafaelista y sus derivados, completamente opuesta a Whistler. El juicio giró en torno al hecho de determinar si un artista tiene derecho a pintar las cosas tal como las ve; Whistler ganó el litigio, pero igualmente tuvo malas consecuencias para ambos (ya lo decíamos al comentar “Casa Desolada”...)


Este es el cuadro objeto de litigio: Nocturne in Black and Gold: The Falling Rocket

Whistler también fue muy amigo de Oscar Wilde (el escritor le conoció cuando era muy joven, y trabarían una amistad que acabaría en ataques mutuos) quien, al sentirse fascinado por la obra del pintor, se inspiró en él y en su trabajo para la creación de “El retrato de Dorian Gray”. Los retratos de Whistler son de una gran evocación; no parece que reflejen sólo el aspecto de la persona, sino también –y mucho más- su espíritu. Se puede ver en las siguientes imágenes:



Harmony in Grey and Green. Miss Cecily Alexander. 1873. Whistler titulaba muchas veces sus obras como si se tratara de piezas musicales.

Symphoni in White nº 3 1866

También Whistler realizó magníficos paisajes partiendo del  Londres cercano al Támesis. 


Grey and Gold. Snow in Chelsea. 1876


Nocturne 1878-1887

Más imágenes en Wikimedia Commons y en este enlace

PD: Whistler se creía un pintor lento que borraba demasiado; hay gran cantidad de rectificaciones y arrepentimientos en su obra, de la cual destruyó mucha que no le satisfacía (es decir, que nos ha llegado algo de él de milagro.)

 

sábado, 6 de diciembre de 2008

"Casa Desolada", Charles Dickens

Como se acercan las fiestas navideñas, había pensado reseñar “Cuento de Navidad”, de Charles Dickens, una novela corta con fantasmas, un avaro y final feliz, que todos conocemos sobradamente, bien sea por las adaptaciones cinematográficas o por su lectura. Pero como seguramente emitirán  alguna de sus 10.000 versiones - incluídas las de animación; creo que hay una con el pato Donald y tío Gilito- a finales de diciembre, reseñaremos otra obra de Dickens: “Casa Desolada”.

“Casa Desolada” (“Bleak House”) se publicó por entregas entre 1852 y 1853, y está considerada una de su mejores y más completas novelas  . El argumento se desarrolla en torno a un polémico juicio, Jardyce contra Jardyce, que se prolonga a lo largo de los años arruinando la herencia motivo del litigio y pasando de padres a hijos sin que exista un veridicto. La trama arranca en el momento en que el personaje principal, Esther Summerson, una muchacha huérfana que desconoce sus orígenes, se traslada como acompañante de de otros dos huérfanos, Ada y Richard, a casa del bondadoso señor Jardyce.  Todos ellos están relacionados de un modo u otro con el desdichado pleito, y no podrán impedir que influya en sus vidas –desde el principio de la novela, la Cancillería planea como un designio oscuro sobre la vida de los protagonistas y se cuenta como desde los inicios el juicio ha corrompido a todo aquel que se ha visto involucrado en él-

Hay que decir que “Casa Desolada es, básicamente, un folletín, y de los más lacrimógenos; pero eso sí, un folletín magistral. A lo largo de sus más de 1.000 páginas ocurre prácticamente de todo: amores melodramáticos, aventura, crimen, suicidio, secretos familiares que salen a la luz, bodas, funerales etc. La ironía y el humor, desde luego, están presentes, pero quizás lo más destacable de la obra sea su fuerte crítica a la hipocresía de la sociedad, bien sea a través del absurdo jucio y del Tribunal de Cancillería como por medio de su personificación –el señor Skimpole, la familia Smallweed, la señora Jellyby etc-. Los personajes son inumerables y variopintos, pero todos ellos sin excepción están debidamente perfilados y la mayoría, hasta los secundarios –y quizás sobretodo estos, que en Dickens suelen ser excepcionales- poseen riqueza, complejidad e incluso evolucionan con los acontecimientos –por ejemplo, el detective Bucket, sir Leicester Dedlock, o mi favorita, Caddy Jellyby-. Pero lo que realmente encuentro soberbio es el desarrollo mismo de la trama: a pesar de que combina multitud de historias a la vez, que crea subtramas muy complejas que deberán confluir en la resolución final -como toda buena novela de misterio- que los intereses e inquietudes de los personajes son múltiples y dispares, la acción avanza con agilidad y sin perder el interés, los diálogos son ricos y las descripciones en algunos momentos llegan a ser casi cinematográficas. La narración en primera persona, detallada e intimista de Esther Summerson –que a pesar de ser la protagonista llega a resultar insufrible (al menos para mí)- se combina hábilmente con otros capítulos en los que toma la palabra un narrador omnisciente y que corresponden tanto a los momentos de mayor comicidad y ironía como a los más dramáticos.

Para terminar, secundaré humildemente  la recomendación de Nabokov: Todo lo que tenéis que hacer al leer "Casa desolada" es relajaros y dejar que sea vuestra espina dorsal la que domine.


lunes, 1 de diciembre de 2008

Bocetos # 5: John Daniels